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A 50 años de la muerte del maestro Jorge Peña Hen
El 16 de octubre se celebra en Chile el Día del Profesor, y no podemos dejar pasar esta ocasión para hacer memoria y recordar a quien fuera uno de los grandes maestros que tuvo Chile, y que perdimos de una manera injusta, trágica y cruel el 16 de octubre de 1973, nos referimos al maestro Jorge Peña Hen, docente insigne y creador de las Orquestas Infantiles. Su legado musical trascendió los horrores de su muerte y hoy le rendimos un justo homenaje a 50 años de su fallecimiento.
Jorge Peña Hen nació en Santiago el 16 de enero de 1928, en el seno de una familia ligada a la música, su madre Vitalia Hen era hija de un luthier, tocaba el piano y su hermana era además profesora de piano. El padre de Jorge, Tomás Peña, era médico, y por su profesión, se fueron a París, pero no permanecieron mucho tiempo en Europa debido a la creciente tensión en vísperas del estallido de la Segunda Guerra Mundial.
De regreso a Chile, en 1939, Joge Peña quiso estudiar piano. Su profesora, Olga Cifuentes, percibió las condiciones y talentos que Jorge poseía. Lo preparó para que ingresara al Conservatorio Nacional de la Universidad de Chile. Allí fue alumno de composición de Pedro Humberto Allende y compañero de Gustavo Becerra. Con 14 años, terminó el ciclo de teoría y solfeo y compuso su primera obra, pero no pudo continuar sus estudios en el Conservatorio, porque la familia decidió partir a La Serena. Pero es precisamente en esta ciudad donde Jorge expandirá toda su labor artística, social y cultural, al dirigir siendo apenas un adolescente el Coro Polifónico del Ateneo. Formó además el Coro Mixto con estudiantes del Liceo de Niñas y de Hombres y presentó sus primeras obras para coro y orquesta, Chanson d'automne y, para piano y orquesta, Concertino en do menor, que él mismo interpretó.
Regresó a Santiago en 1948, para estudiar Derecho, pero su vínculo con la música era mucho más fuerte, y retornó al Conservatorio, donde estudió composición con Domingo Santa Cruz y René Amengual, con quien tuvo una sintonía inmediata. Como era amigo y compañero de Gustavo Becerra, hicieron juntos una gira a la IV región para difundir la música docta chilena, lo que más tarde traería sendos frutos como una sede del Conservatorio Nacional en el norte chico y la creación de festivales de música contemporánea. Esta relación de Jorge con La Serena se tradujo además en la creación de la Sociedad Bach, encargada de difundir todo el arte musical hecho en Chile.
La figura de Jorge Peña se hacía cada vez más fundamental no sólo como docente, compositor y gestor cultural, sino que además como maestro, al ser invitado, en 1958, por la Orquesta Sinfónica de Chile a dirigirla, lo que le permitió ganar experiencia como director y, así, fundar, en 1959, la Orquesta Filarmónica de La Serena. Orquesta integrada no sólo por miembros de la Sociedad Bach y la orquesta de cámara de la ciudad, sino que además por instrumentistas del Regimiento Arica, quienes se unieron a la orquesta para fortalecer la música docta en esa región del país.
Tal como reseña el sitio Música Popular - la enciclopedia de la música chilena sobre la Orquesta Filarmónica de La Serena: "En 1959, estrenó A ceremony of carols, de Benjamin Britten, con el coro del Liceo de Niñas, mientras que en 1960 se ejecutó la Pasión según San Mateo, de Johann Sebastian Bach, un concierto que Peña había soñado desde que egresó del Conservatorio".
Los desafíos surgieron para Jorge Peña, cuando la Sociedad Bach ya no contó con fondos para realizar los conciertos, y el darse cuenta de que la educación musical era para unos pocos, lo que provocó el deseo de expandir los estudios musicales hacia los menos favorecidos y, en especial, los niños.
Teniendo a los niños y niñas de escasos recursos en mente, viajó a Estados Unidos con su esposa, la pianista Nella Camarda, para buscar un método que le permitiera enseñar grupalmente un instrumento, es cuando se encuentra con el método Suzuki, que permite el aprendizaje instrumental en grupo.
Esa idea de ampliar la enseñanza de instrumentos lo estimuló a regresar a Chile con el firme propósito de crear orquestas infantiles, gracias a su "Plan Experimental de Extensión Docente". En 1964, este trabajo fue reconocido al hacer que sus alumnos y alumnas tocaran en la Orquesta Sinfónica Infantil de La Serena. Así, en 1965, en la sede norte del Conservatorio Nacional, se creó la Escuela Experimental de Música de La Serena, teniendo como objetivo la inserción de los niños provenientes de familias de escasos recursos.
Se crearon las Orquestas en homenaje a Pedro Humberto Allende, Enrique Soro, René Amengual y Acario Cotapos, que realizaron incluso giras por el extranjero. Este esfuerzo, nunca antes visto en el país, generó un movimiento de expansión musical en América Latina, con un repetorio creado para los niños, como la ópera infantil La Cenicienta, compuesta por Jorge Peña Hen.
El deseo de democratizar la enseñanza musical, así como su interpretación y acceso a quienes apenas tenían un sustento provocó acérrimas reacciones contra Peña Hen, lo que terminó costándole la vida al ser acusado infamemente de traficar armas con los niños de la orquesta. Acabó siendo ejecutado por militares semanas después del golpe de Estado de 1973.
Para conocer más sobre la vida y obra de este noble músico chileno, visite la siguiente web: